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sábado, 2 de abril de 2016

Quemar mas calorias aumenta el volumen del cerebro

En adultos mayores, incrementar la cantidad de calorías quemadas cada semana a través de diversas actividades físicas puede aumentar el volumen del cerebro y reducir el riesgo de enfermedad de Alzheimer (EA), sea cual sea su estado cognitivo, señala un nuevo estudio.
Múltiples estudios han demostrado que la actividad física puede ser neuroprotectora y reducir el riesgo de enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, saber que es el consumo de energía el que se relaciona principalmente con los cambios cerebrales inducidos por el ejercicio “añade valor sustancial a los estudios epidemiológicos existentes que abordan el papel que desempeña una mayor actividad física en retrasar la manifestación clínica de la enfermedad de Alzheimer”, señalan los investigadores, dirigidos por el Dr. Cyrus Raji, PhD, Universidad de California, Los Angeles.
El estudio fue publicado en versión electrónica el 11 de marzo en Journal of Alzheimer’s Disease.
Más es mejor
Los investigadores analizaron datos obtenidos durante 5 años de 876 adultos de 65 años y más de edad en el Estudio de la Salud Cardiovascular de larga duración. Los participantes se sometieron a una evaluación cognitiva estándar periódica y a imágenes del cerebro mediante resonancia magnética volumétrica y proporcionaron información sobre sus actividades físicas cotidianas, como caminar, practicar tenis, bailar y jugar golf, con el fin de determinar su gasto energético semanal.
Dr. Cyrus Raji
Los investigadores utilizaron modelación matemática y después de tomar en cuenta posibles factores de confusión, como el perímetro cefálico, la edad y el estado cognitivo, observaron que el mayor consumo de energía a través de diversas actividades físicas se relacionó con un volumen de la sustancia gris más grande en los lóbulos frontal, temporal y parietal, así como en el hipocampo, el tálamo y los ganglios basales.
“Los altos grados de consumo de calorías también moderaron la pérdida de volumen relacionada con la neurodegeneración en el precúneo, la corteza cingulada posterior y el vermis cerebeloso”, informan.
Este estudio se suma a la bibliografía sobre el ejercicio y el cerebro “al vincular un aumento de la sustancia gris con una reducción del doble en el riesgo de demencia de Alzheimer 5 años después de la fecha en que se obtuvieron las imágenes de resonancia magnética”, dijo el Dr. Raji aMedscape Medical News.
Y cuando se trata de consumo de energía, “más es mejor”.
“El grupo del cuartil más alto de actividad física (500 calorías gastadas por actividades físicas de esparcimiento) tuvo mayores volúmenes de sustancia gris y atrofia reducida en la demencia de Alzheimer que el cuartil más bajo (solo 50 calorías por actividad física)”, dijo el Dr. Raji.
“Con el crecimiento rápido de la población anciana es crucial una mejor comprensión de las medidas preventivas para mantener la función cognitiva”, señalan los investigadores.
”Estudios como este parecen indicar que el simple consumo de calorías, independientemente del tipo o la duración de ejercicio, por sí solo puede moderar la degeneración neurológica e incluso aumentar el volumen de la sustancia gris en estructuras del cerebro que son centrales para el funcionamiento cognitivo”.
“Futuros estudios en que se analice la conservación de la sustancia cerebral como una función de la actividad física ayudarán a dilucidar si la relación entre el consumo de calorías y el volumen de las sustancia gris es directa o indirecta. Tal conocimiento puede brindar a los individuos las herramientas para influir mejor en la salud del cerebro durante el proceso de envejecimiento”, terminan diciendo los investigadores.
¿Combate al amiloide?
Al pedirle su comentario al Dr. Majid Fotuhi, PhD, funcionario médico principal, Neurocore Brain Performance Center, y personal afiliado, Johns Hopkins Medicine, Baltimore, Maryland, señaló que “el ejercicio aumenta el tamaño del hipocampo al incrementar la concentración de la proteína protectora factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) en una forma dependiente de la dosis y al aumentar el aporte de oxígeno a las neuronas. Cuando se tiene aptitud física, se aumenta el tamaño del hipocampo y se reducen las posibilidades de presentar enfermedad de Alzheimer décadas más tarde”.
“Es tiempo de que revaloremos cómo designamos la disfunción cognitiva que trae consigo el envejecimiento. El estudio del Dr. Raji proporciona otra evidencia potente acerca de cómo podemos combatir la demencia a una edad tardía ejercitándonos más e intensificando nuestra resistencia, independientemente de cuánto amiloide alberguemos en nuestros cerebros. De hecho, el ejercicio puede resultar ser una forma eficaz de combatir la acumulación de amiloide en nuestros cerebros”, añadió el Dr. Fotuhi.
El estudio fue financiado por el National Institute on Aging. El Dr. Raji ha recibido honorarios por consultoría de Brainreader ApS y la Fundación Change Your Brain Change Your Life. El Dr. Fotuhi informa no tener conflictos de interés económico pertinente.

domingo, 6 de marzo de 2016

Primeros datos humanos muestran que el verapamilo disminuye la glucosa en la diabetes Marlene Busko Conflictos de interés|04 de marzo de 2016



En el primer estudio en analizar si el bloqueante de los canales del calcio verapamilo disminuye la glucosa en seres humanos (como lo hace en los ratones), este viejo fármaco que por mucho tiempo se ha utilizado para tratar la hipertensión, las arritmias cardiacas y la migraña se relacionó en efecto con una disminución de la glucemia en ayunas en pacientes diabéticos.
El estudio de observación de un subgrupo de cerca de 5000 pacientes con diabetes que estaban participando en el estudio REGARDS (Motivos de las Diferencias Geográficas y Raciales en el Accidente Cerebrovascular), realizado por la Dra. Yulia Khodneva, de la Universidad de Alabama, en Birmingham (UAB), y sus colaboradores, fue publicado el 12 de febrero en la versión electrónica de Diabetes Research and Clinical Practice.
En estos pacientes que tenían diabetes de tipo 1 o diabetes de tipo 2 en etapa tardía (es decir, estaban tomando insulina o insulina más un antidiabético oral), los que también recibieron verapamilo mostraron valores de glucemia en ayunas que fueron 24 mg/100 ml más bajos que los de sus compañeros que no estaban recibiendo verapamilo (p= 0,039).
Esta diferencia de 24 mg/100 ml en la glucemia en ayunas es “espectacular” ya que es aproximadamente igual a un descenso de la HbA1c del 8% al 7% (de la cual el 7% es el objetivo del tratamiento establecido por la American Diabetes Association), dijo la Dra. Khodneva a Medscape Medical News.
Sin embargo, resaltó que el presente estudio es de observación y muy preliminar.
Se tendrán más respuestas en unos 18 meses a partir de ahora cuando comiencen a surgir los resultados del estudio aleatorizado y controlado “La utilización diferente del verapamilo como tratamiento para la sobrevida de la célula β en la diabetes de tipo 1” que están realizando los investigadores becarios en la UAB.
El estudio hasta ahora ha incorporado a 20 adultos de 18 a 45 años con diabetes de tipo 1 de inicio reciente (de un alistamiento planificado de 52 de estos pacientes), para determinar si el verapamilo oral administrado diariamente durante 12 meses mejorará la producción de insulina.
“Creo que si este es un estudio positivo, se publicará ampliamente y probablemente va a influir de inmediato en el ejercicio clínico”, conjeturó la Dra. Khodneva.
¿Una nueva estrategia para retrasar la muerte de la célula β?
Esta nueva línea de investigación comenzó después que los investigadores en la UAB observaron que en la diabetes de tipo 1, las células β y el páncreas tienen un aumento de la concentración de calcio intracelular, y se sobreexpresa una substancia llamada proteína tiorredoxina interactiva (TXNIP), la cual induce a la apoptosis de la célula β.
Identificaron además que los bloqueantes de los canales del calcio, sobre todo el verapamilo, disminuía la expresión de TXNIP en un modelo de ratón y en células β pancreáticas humanas. El verapamilo también contrarrestó la diabetes en ratones que tenían diabetes provocada mediante estreptozotocina.
“Estos hallazgos emergentes plantean la interesante posibilidad de que un fármaco conocido ampliamente utilizado, el verapamilo, puede tener nuevas indicaciones cuando se observan resultados similares en seres humanos”, señalan los investigadores.
El estudio REGARDS, concebido para analizar el riesgo de accidente cerebrovascular, contó con la colaboración de más de 30.000 adultos de la población de 45 y más años de edad de todas las entidades estatales de Estados Unidos Continental en 2003 a 2007 y tuvo un equilibrio en cuanto a raza y género sexual, por lo que representa una serie de datos nacional valiosa para el estudio de observación actual.
A los participantes se les efectuaron determinaciones de glucosa sérica en ayunas, otras pruebas sanguíneas y de la orina y una evaluación de sus frascos de medicamentos.
Los investigadores identificaron 22 bloqueantes de los canales del calcio, incluido el verapamilo, y analizaron cómo se vinculaban con las concentraciones de glucemia en ayunas en los 4978 adultos con diabetes diagnosticada.
Los 1484 (29,6%) de los pacientes diabéticos en el estudio REGARDS que estuvieron tomando un bloqueante de los canales del calcio tuvieron en promedio 5 mg/100 ml de cifras de glucosa sanguínea más bajas que los pacientes que no estuvieron tomando un fármaco de esta clase, después del ajuste con respecto a múltiples factores de confusión potenciales (incluidas características demográficas y factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares).
Así mismo, los 174 (3,4%) de los pacientes diabéticos del estudio REGARDS que estuvieron tomando verapamilo mostraron un promedio aún más notable de 10 mg/100 ml de glucosa sanguínea más bajo que los pacientes que no estuvieron tomando un bloqueante de los canales del calcio.
Cuando se circunscribió solo a los pacientes con diabetes que recibieron insulina y tomaron antidiabéticos orales, la reducción fue de 24 mg/100 ml, y en los pacientes diabéticos que solo estaban tomando insulina, los que también estuvieron tomando verapamilo mostraron una reducción espectacular de 37 mg/100 ml en la glucosa sérica en comparación con los que no recibieron verapamilo (p = 0,06); la falta de significación estadística probablemente es explicable por el número pequeño de pacientes de este grupo (sólo 15), señaló la Dra. Khodneva.
Si los hallazgos clínicamente significativos son confirmados en otros estudios, esto podría tener una enorme repercusión en el tratamiento de dos tipos de pacientes: los que tienen diabetes de tipo 2 avanzada y los que tienen diabetes de tipo 1 de inicio reciente.
Esto “podría marcar el inicio de una nueva opción terapéutica para el control de la glucemia en un subgrupo muy difícil de pacientes con diabetes de tipo 2” que son dependientes de insulina y que tienen dificultades para lograr el control de la glucemia, señalan los investigadores. Además, “el verapamilo puede ser una nueva estrategia muy interesante para retrasar la muerte de la célula β en la diabetes de tipo 1”.
La Dra. Khodeneva ha declarado no tener conflicto de interés económico pertinente. Las declaraciones de conflicto de interés de los coautores se enumeran en el artículo.

Referencias

  1. Diabetes Res Clin Pract. Publicado en versión electrónica el 12 de febrero de 2016. Resumen

sábado, 30 de enero de 2016

Nuevos farmacos para la obesidad

La EMEA (Agencia Europea del Medicamento), ha aprobado dos nuevos fármacos para el tratamiento de la obesidad: Mysimba® y Saxenda®.
La obesidad es una enfermedad de prevalencia creciente, en la que disponemos de poco arsenal terapéutico. Actualmente en nuestro país sólo está aprobado un fármaco para su tratamiento: el orlistat, a diferencia de estados unidos donde están aprobados hasta 9 tratamientos distintos. Orlistat tiene resultados modestos, está indicado junto con una dieta hipocalórica moderada para el tratamiento de pacientes obesos (IMC ≥ 30) o con sobrepeso (IMC ≥ 28) y factores de riesgo asociados. No actúa sobre el apetito, sino reduce la cantidad de calorías que se absorben en el intestino.
En los últimos meses ha habido cambios importantes al respecto. En diciembre de 2014 se han aprobado por la EMEA (Agencia Europea del Medicamento) dos nuevos fármacos: Mysimba® y Saxenda®.

El primero de ellos, Mysimba®, es una combinación de dos fármacos: naltexona y bupropion. Ambos fármacos actúan a nivel del cerebro inhibiendo el apetito y aumentando la sensación de saciedad. En el estudio COR-II (Apovian et al. Obesity 2013) realizado en 1496 pacientes con obesidad, se objetivó que la combinación de bupropion 360mg al día y naltrexona 32mg al día, administrado por vía oral, conseguía a las 28 semanas de tratamiento una reducción del peso del 6,5% respecto a un grupo placebo. Los principales efectos secundarios fueron cefalea, nauseas y estreñimiento.
El segundo fármaco aprobado es Saxenda®. Este el nombre comercial de liraglutida en dosis de 3mg por día. Hasta ahora liraglutida es un fármaco aprobado sólo para el tratamiento de pacientes con diabetes, pero a dosis más bajas. Su administración es subcutánea y diaria. Liraglutida tiene un efecto beneficioso sobre el peso porque produce principalmente una disminución del apetito, aumento de la sensación de saciedad y disminución del vaciado gástrico, todo ello sin bajadas en los niveles de azúcar. En 2009 se publicó en la revista Lancet (Astrup et al) un estudió con 564 pacientes sin diabetes aleatorizados a recibir tratamiento con liraglutida, placebo o orlistat. Los pacientes con liraglutida 3mg al día perdían una media de 7,2kg a las 20 semanas de tratamiento (orlistat 4,1kg) y un 76% de los pacientes con Liraglutida perdieron al menos un 5% del peso. Los principales efectos secundarios fueron  náuseas y vómitos, en su mayoría transitorios.
Aún y la aprobación de estos dos fármacos por la EMEA todavía no se encuentran disponibles en nuestro país así que no sabemos el precio cuando lleguen a las farmacias.
La aparición de nuevos fármacos en el mercado es una herramienta más en la batalla contra la obesidad, pero no hay que olvidar que su efecto sigue siendo moderado (bajan un 6-8% del peso, eso equivale en una persona de 90 kg, a unos 5-7kg de peso). El pilar base del tratamiento de la obesidad sigue siendo conseguir modificar los hábitos alimentarios y la realización de ejercicio físico de forma regular.